Vera fue una gimnasta checa nacida en Praga, ganadora de varias medallas olímpicas que representó a la antigua Checoslovaquia. Además fue muy popular durante los juegos olímpicos de México 1968.
Vera se manifestó públicamente en contra de la intervención soviética dentro de su país y por ello fue una ferviente promotora de la Primavera de Praga de 1968. Por algún tiempo estuvo refugiada en las montañas del norte de Checoslovaquia, actualmente el este de la República Checa en el pueblo de Sumperk en dónde entrenó para los juegos olímpicos de México. Vera tuvo que entrenar sin equipo adecuado entre árboles sin barras de gimnasia. Sus rivales soviéticas ya estaban en nuestro país aclimatándose al clima y la altura mientras que Vera seguía exiliada en las montañas. Finalmente consiguió el permiso oficial para viajar…
Aún así dentro de la competencia Vera siempre expresó su anticomunismo soviético, en una de las competencias ella había sido la indiscutible ganadora y «mágicamente» su rival soviética tuvo un empate lo que hizo que esto le molestara. Como consecuencia de estas medidas Vera inclinó su cabeza y con el rostro en una dirección opuesta a las competidoras durante la premiación.
Por esto último el gobierno la consideró una persona no grata y se le prohibió volver a participar en cualquier evento deportivo.
Además de esta parte de su vida, Vera fue muy querida debido a su noviazgo con Josef Odlozil quien en Tokio 1964 ganó medalla de plata. Ambos se habían prometido que si ganaban ciertas medallas en México, se casarían ahí mismo. Ambos lo cumplieron y contrajeron nupcias en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México con ayuda de las autoridades de la ciudad. Miles de curiosos asistieron a la boda en dónde además se celebró con mariachi. Esto último le dio el mote a Vera de «La novia de México».